El avance de la enfermedad de la lengua azul ha llevado a un nuevo «cierre» de zonas ganaderas clave en Salamanca, lo que ha tenido un impacto significativo en el mercado de ganado previsto para el próximo lunes. Esta enfermedad, que no afecta a los humanos pero sí al ganado, está provocada por varios serotipos del virus, siendo los serotipos 1, 3 y 8 los que están afectando a distintas comarcas y regiones en estos momentos. Las últimas restricciones han dejado las reservas de ganado reducidas a 177 cabezas, una cifra muy por debajo de los 852 ejemplares que se registraron la semana pasada.
El cierre afecta principalmente a las comarcas salmantinas de Ciudad Rodrigo, Sequeros, Béjar, Guijuelo y Tamames, que están bajo restricciones por la presencia del serotipo 1. Para que el ganado pueda ser trasladado a otras zonas, es necesario que los animales hayan sido vacunados o que presenten una PCR negativa tras un periodo de aislamiento. Sin embargo, el cumplimiento de estos requisitos en el contexto actual es complicado, lo que ha llevado a una casi paralización del mercado.
Impacto en el mercado
El mercado de ganado de Salamanca, uno de los más importantes de la región, ha experimentado una fuerte caída en la participación debido a estas restricciones. En comparación con semanas anteriores, el número de animales reservados para la próxima jornada ha caído en más de un 75%. Las reservas actuales incluyen 70 terneras, 100 terneros y apenas siete vacas, un número casi anecdótico en comparación con los estándares normales. Además, es previsible que esta cifra siga disminuyendo, ya que las reservas pueden modificarse hasta el mismo día de apertura del recinto.
Esta drástica reducción no solo afecta a las zonas salmantinas mencionadas, sino también a otras regiones ganaderas claves para el mercado. Extremadura, que ya llevaba varias semanas sin presencia en el mercado debido a la detección de los serotipos 1 y 3, sigue bajo restricciones. Además, nuevas áreas de las provincias de Ávila y Toledo se han visto afectadas, ahora bajo control por los serotipos 1 y 8. El serotipo 8, antes limitado a zonas como Baleares, Cataluña y Aragón, ha empezado a extenderse a otras partes del país, incluyendo Castilla-La Mancha, lo que ha obligado a implementar nuevas restricciones.
Situación en Salamanca
En Salamanca, el ganado es vacunado contra el serotipo 4, pero la expansión del serotipo 1 ha obligado a tomar medidas adicionales. La reciente detección del virus en una explotación centinela en el municipio de Rosalejo, en Cáceres, ha activado los protocolos de restricción, que se aplican en función de la distancia al foco de infección. Esto ha resultado en el cierre de varias comarcas salmantinas, con el objetivo de evitar la propagación de la enfermedad.
Las autoridades ganaderas locales están trabajando para controlar la situación y minimizar el impacto económico que estas restricciones están causando. Sin embargo, la imposibilidad de mover el ganado sin cumplir con los estrictos requisitos sanitarios sigue siendo un obstáculo importante. La incertidumbre también afecta a los ganaderos y compradores, quienes se enfrentan a la disrupción del mercado y a la falta de previsibilidad en los próximos eventos comerciales.
Un mercado en crisis
La enfermedad de la lengua azul ha puesto en jaque a una de las actividades económicas más importantes para Salamanca y otras regiones afectadas. Con la vacunación y las medidas de control en curso, se espera que en las próximas semanas se pueda normalizar la situación, aunque los ganaderos temen que el impacto prolongado de las restricciones continúe generando pérdidas importantes en el sector.
El mercado de ganado de Salamanca, conocido por su relevancia en la región y más allá, enfrenta ahora uno de los momentos más difíciles en su historia reciente debido a la expansión de esta enfermedad. La próxima apertura del recinto será clave para evaluar el alcance real de las restricciones y cómo afectarán al mercado en las semanas venideras.
Por ahora, el futuro sigue siendo incierto, y la industria ganadera de la región se mantiene en alerta, esperando soluciones efectivas que permitan la reactivación del comercio de ganado bajo las garantías sanitarias necesarias.